Están
de gira grandes figuras del rock. Un negocio que, en España, como
en tantos otros lugares, está manipulado, se da gato por liebre
con gran impunidad. Dylan llega a España en olor de multitudes
y olor de dolares. Y The Wall Street Journal imprime este titular: "Muchos
rockeros se hacen de oro cantando para ejecutivos". El artículo
cuenta que Dylan ha actuado en un hotel para constructores y banqueros,
en un acto organizado por la Numura, una de las mayores empresas inmobiliarias
del mundo, salpicada por la corrupción. El ejecutivo de Numura
que montó el show lo tenía claro: "La
mayoría de estos músicos son capitalistas, aunque quieran
aparentar lo contrario. Nosotros los contratamos pues atraen a buenos
clientes del sector inmobiliario". Y añadía
con buen ojo financiero: "En vez de invertir en una publicidad muy
costosa, dejamos a todos los asistentes con un original recuerdo".
Las
grandes figuras del rock están muy satisfechas con la "brecha
revolucionaria" que han abierto en la cultura burguesa: "Esto
es muchísimo mejor que tocar con hippies y progres..."
afirman. "Ganamos mucho más, las empresas
nos ponen aviones privados, alojamiento de lujo, y actuamos en lugares
como el parque acuático de Phoenix, después de ágapes
de superlujo para un público "very plus", donde
la pasta y demás ofrecen muchas mas garantías. En fin, que
no hay color. Y, además, ahora cotizamos en bolsa, "¡ja,
ja, ja!".
David Bowie fue una de las primeras figuras en salir a la bolsa
de Wall Street. El autor de la operación fue el financiero David
Pullman, que creó un paquete con las canciones del cantante británico
valorado en 900 millones de pesetas. Pullman preparó, también,
la salida de los siguientes "valores": el provocador Alice
Cooper y los nostálgicos Crosby, Stills & Nash...
Y firmó un contrato con los principales compositores de la casa
discográfica Tamla Motown por 30 millones de dólares. Los
Beatles recaudan 6.000 millones en derechos de autor y la Chrysler ofreció
a Springteen 1.100 millones de pesetas por la canción "Born
in the USA"...
En España, los grandes medios, las empresas mediáticas,
los conductores de programas, imponen sus músicos y músicas.
Una operación calculada y machacona detrás de la cual hay
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grandes negocios. Dan gato por liebre presentando discos y artistas, como
comentaristas independientes, cuando lo que están haciendo es publicidad
de productos en los que tienen grandes intereses. Para estos lanzamientos
de sus productos musicales, las empresas recurren también a programas,
conductores, artistas, escritores, poetas, ensayistas... de su escudería.
Algunos de los cuales, aprovechan para lanzar, desde dichas empresas,
sus propios libros musicales.
Es urgente regular, controlar esta manipulación del mercado discográfico,
como ya se ha hecho en otros países, donde está terminantemente
penada, incluida la posibilidad de cárcel, esta alteración
del producto musical, esta publicidad encubierta. El parlamento español,
nuestras asociaciones de consumidores, tendrían mucho que decir
en este mercado intervenido, en el que también participan los medios
de comunicación público...
Hemos visto como los mitos del rock pasaban de Woodstock a la Bolsa, del
mensaje al masaje, de la ética a la dietética. Son realistas
y sacan la mayor tajada posible... Decía el ejecutivo agresivo
Jagger: "Bono, de U2, no acaba de percatarse
de que en su gira mueve cientos de millones de dólares, es una
multinacional".
Dylan, en el recital privado del Hotel Arizona Biltmore para Nomura,
cobró 300.000 dólares. En su recital en Santiago pidió
camerino con moqueta... y salió cantando "Blowing in the wind
dolarin: "Está inscrito en el viento
dolarero, que pasarás a cantar por y para la moqueta, la secta,
la casa, las apariencias y el dinero".
Ni el viento es lo que nos decían que era...
RUTA 66 # 151
Texto::
Miguel Cancio (economista y sociólogo, profesor
de la Universidad de Santiago de Compostela)
Copyright 1999, RUTA-66 )
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