El buen sabor de boca de la reciente descarga de los Trading Aces en la Sala Deskomunal –proyecto colateral más orientado al hard del cantante y guitarra angelino Frank Meyer–, hacían presagiar algo grande respecto a la inminente gira peninsular de su banda de toda la vida, los punk-energy-rockers The Streetwalkin’ Cheetahs. A punto de cumplir 30 años en el business, cotizaron alto a principios de siglo con aquel “Waiting For The Death Of My Generation”, cuando nos visitaron en aquel incendiario bolo de San Juan en el Magic, y desde entonces han mantenido un perfil bajo, con puntuales actuaciones por los States y con las diferentes aventuras del culo-inquieto Meyer, colaborando con James Williamson o Cheetah Chrome, o arrancando fugaces aventuras como los reivindicables Sweet Justice.

Asistir a este tipo de bolos hoy en día, sigue siendo una bendición, ya que aunque la sala no pase de la media entrada, sabes que la experiencia no defraudará. Meyer y el bajista Dino Everett montaron la banda para “tocar nuestras canciones favoritas de los Stooges, Dead Boys o MC5”, y en ello siguen, incansables y con el oficio de saber montar un buen show jugando las mismas putas cartas de siempre. Preguntando quién estuvo en aquella gira 20 años atrás, tiraron de balazos del mencionado LP como “Future Lost” o “No More” con los que empezaron, y que muestran su lado más contundente y atractivo para mi gusto, sustentado por un Mike Sessa contundente a los parches. Alternan con otros en una onda más melódica, algo que siempre han tenido presente: “Lookout” o la irónica “We Are The Ones (We’ve Been Waiting For)”, las que, quizás en un mundo más justo, les podrían haber abierto más puertas y cotas de popularidad, como sucediera en su momento con cantidad de bandas punk del área californiana.

El buen gusto por las covers siempre está presente en los pases de este hombre, y el “Do The Pop” de Radio Birdman y el “Looking At You” de MC5 (con recuerdo para Wayne Kramer que llegó a producirles), se insertaron a medio show, con Frank y Dino codeándose abajo con los fans. A partir de aquí y hasta el final, volvieron al rawk’n’roll sin tomar prisioneros, con el lenguaraz Meyer amenizando la fiesta con su humor y pisando a fondo con “Rumblin’ Train”, su reciente rodaja en 7” “Crazy Operator” o la acelerada “Fast, Fucked And Furious” de su más reciente LP “One More Drink” del 2021. Mención especial para el “veterano” Bruce Duff a la guitarra solista, quien a pesar de estar un poco en su mundo con su camiseta de Madonna (¿¿!!), encaja con sus punteos junto a la hiperactividad del frontman y la energía punk de Dino. Con un alargado fin de fiesta vía Detroit con “Fun House” y “Black To Comm”, de nuevo cruzando la sala, y con Meyer “testificando” pandereta en mano, reafirmaron su comunión con el público en una actuación sin fisuras y generosa en minutaje. Ha sido ésta de las primeras paradas de una larga gira, como las de antaño, cuando las bandas se hacían un nombre con numerosas fechas en salas pequeñas. Pequeñas grandes bandas que mantienen el espíritu, y que será un placer volver a ver en cuanto se acerquen.